Me hace gracia la cantidad
de veces que nos piden prudencia.
No juzgue a la ligera, nos
dicen. No se precipite, nos sugieren desde todos los medios de comunicación. Presunto,
oiga, solo presunto. Imputado no quiere decir condenado, téngalo en cuenta.
Pues, la verdad, debo ser un
poco simple, pero si a mí me dicen que
un tren ha descarrilado por ir a 190, cuando la velocidad exigida era de 80,
pues cómo le diría yo, me arriesgo a decir que el conductor, si no ha tenido
ningún problema de salud, es un poco…, ¿temerario? Si además la catástrofe ha sido de la
envergadura que hemos visto, pues me arriesgo un poco más y digo; “¿No podía
haber tenido más cuidado?”
No es que quiera hundirlo, pero
juzgar que ha cometido un acto de tremenda irresponsabilidad al contar que “mira tú que
gracia, voy a 190 cuando tendría que ir a 80”, pues oiga, sí.
De la misma forma, si me
dicen que el máximo directivo de una entidad bancaria, que por la
responsabilidad que lleva su cargo cobra un dineral, ha dejado que se hunda hasta el extremo de tener que ser rescatada por todo
un país.( No se les olvide, no por un gobierno, sino por un país, con sus casitas, sus pueblos, sus jubilados,
sus dependientes, su sanidad, su educación, sus empresas…) Pues yo voy y lo juzgo. Ya ve usted. No sé en
qué se gastó el dinero, ni por qué dejó que se dilapidara tamaña cantidad, pero lo que nadie me puede
negar es que era el máximo responsable, y a los máximos responsables se les
pide cuentas por su labor o por las de sus colaboradores. Más que todo porque lo llevan
en el cargo y en el sueldo. Sobre todo
si su país ha tenido que hacer recortes para levantar lo que él dejó caer. La
justicia valorará hasta que punto alcanzarán sus responsabilidades, pero que tengamos claro
que ese hombre no se puede ir de rositas, que la inculpación es cuestión de
tiempo, y que los ciudadanos tenemos cabeza para darnos cuenta de qué va la
cosa. Eso ni lo duden.
Ni prudencia en el decir, ni
mandangas para hacernos callar, que nos está saliendo demasiado cara la
prudencia que nos piden.