viernes, 7 de julio de 2017

LA POSVERDAD




Estoy preocupada con la postverdad. Ahora ya no se llama mentira, seguramente porque está mal decirlo, y además, porque la Real Academia lo ha admitido y no hay más que hablar. Han cambiado mucho los términos. La vida avanza y con ella los conceptos. Por ejemplo, del que antes se decía que era riguroso, ahora se dice que tiene una cabeza muy bien amueblada. Si algo es excesivo, se dice, “lo peor no, lo siguiente”. Las casas ya no son bonitas sino espectaculares o una pasada. Algunas veces te preguntan a bote pronto si te ha llamado un amigo del interlocutor. ¡Qué susto! “Me dijo que me llamaría. ¿A ti te ha llamado?, pues a mí tampoco” Ese es uno de los latiguillos del que no he logrado reponerme. Oye, menudo desasosiego.
Aunque todo esto no es nada frente a los anglicismos. Ya no es que de pronto te pregunten si te ha llamado alguien a quién no conoces, sino que te sueltan en una conversación, así, de ti para mí, una parrafada o una palabra en inglés, para luego seguir el rollo en perfecto español. Por ejemplo, es muy cool. Que debe querer decir, lo más moderno, lo más guay, lo más de moda… Bueno, “lo mejor no, lo siguiente” en el inglés de los ingleses. Y la verdad eso me lía porque al coger el mando del aire acondicionado no me explico porque pone cool, pero le doy porque es lo más moderno, lo más guay, lo más de moda… Y si es invierno, pues me fastidio, pero siempre puedo ponerme música chillout para soportar el frío producido por mi analfabetismo. Tienes que cambiar tu look me dice mi amiga Paula, y yo miro el mando del aire acondicionado por si está ahí la explicación, pero este no me da razón. 
En los currículos ya no se habla de haber estudiado en la universidad de Sant Vicent, sino en la Univertsity of Sant Vicent, porque seremos muy valencianos o muy catalanistas, pero seguimos pensando que lo mejor es incluir el anglicismo para darnos pote. Es que de esa forma uno se siente como si hubiera estudiado en la misma universidad que Obama.
Pero volviendo a lo que nos ocupa: la posverdad, es una tomadura de pelo espectacular, porque nos envían fotos por wass de Pablo Iglesias pegando carteles de Maduro, y lo que había antes de manipular la foto era un cartel de Podemos. Nos envían una foto de dos personas disfrazadas de monjitas besándose, y nos dicen que es de la celebración del orgullo Gay, y es de hace cuatro años, en una manifestación diferente. Me acaban de mandar un wass en la que un señor muy serio da una conferencia diciendo que todos los líderes comunistas eran ricos y vivían de sus padres, en términos modernos: “ninis”. Busco en la biografía de Stalin y veo que su padre era zapatero y muy pobre.
Es evidente que no soy comunista ni los defiendo, pero como esos son los wass que me envían, son los que conozco, aunque supongo que en ambos lados cuecen habas.
 El problema es que ya no me creo nada.
¿Y si Kim Jong-un es una bellísima persona, antibelicista y monje budista, que solo quiere la paz en el mundo?, ¿Y si Trump tiene la cabeza muy bien amueblada y es reflexivo?, ¿Y si Stalin tenía glamour y Putin escucha música chillout?

Menos mal que uno de los principales responsables de la revolución de los contenidos en internet ha decidido hacer Wikitribune. Es una web de noticias que permite contrastar datos y saber si son fidedignos o no.

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