jueves, 18 de enero de 2018

LAS LEYES QUE ME PROTEGEN


                                  






Las leyes en España son, cuanto menos, raras. Hoy he escuchado en la radio que si entrara Puigdemont en España disfrazado de lagarterano, se metiera en el parlamento catalán y firmara su acta de presidente, la habíamos liado parda. Vamos, que no se podría hacer ya nada; ni detenerle, ni evitar que le nombraran presidente, ni pedirle cuentas por los delitos de sedición, malversación..., un sin vivir. O sea, sería un presidente sedicioso donde los haya, pero en posesión de la verdad, o de la ley, o de vete tú a saber qué.
En eso es un poco como los okupas. Si se mete alguien en tu casa aprovechando que te has ido a la playa o a visitar a tu tía Leo, pongo por caso, y se hace fuerte dentro, ya no se puede hacer nada. Y se hace fuerte si tardas 48 horas en denunciar y el okupa ha cambiado la cerradura, porque entonces la policía ya necesita orden judicial para entrar. Y eso se consigue con una demanda de desahucio. Desalojar dura de nueve meses a dos años, por las técnicas de dilación que utilizan los okupas. Los gastos del juicio correrán a tu cargo, porque ellos se declararán insolventes y eso suele costar de 600 a 3000 euros. Si es tu vivienda habitual, tienes suerte, porque los puedes denunciar por allanamiento de morada y eso es más liado para ellos. Por eso se informan antes de si estás alquilado o es segunda vivienda. La solución la ha aprovechado una empresa que se llama DesoKupa que se encarga de tratar de negociar con ellos y conseguirte un desalojo menos costoso. Hay otra solución, que es denunciar que están robando en tu casa, pero creo que eso ya se lo saben y tienen sus triquiñuelas. Así que tienes que entregar la vivienda al ocupante y marcharte con lo puesto, sin poder recoger siquiera tu ropa interior. Ya no se considera ese acto como un allanamiento de morada, sino una ocupación en toda regla y con todas las consecuencias.
Lo mismo pasaría con Puigdemont si entra, firma el acta de diputado y es nombrado presidente con nocturnidad y alevosía. ¿Quién puede sacar a un presidente electo y bendecido de la cámara? Es inevitable; Carles y los okupas están al acecho, y a nosotros, pobres ciudadanos, tan solo nos queda vigilar día y noche que no entren por la puerta falsa, que no entren mientras bajamos la basura, que Carles no cambie su estética para poder detectarlo a tiempo. Nos cabe también la posibilidad de contratar guardas de seguridad para que no nos desamparen ni de noche ni de día, que si no nos perderíamos.
La verdad, no entiendo cómo les extraña tanto perder votos, demasiados consiguen con esa forma de legislar y de gobernar tan para la galería.  




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